LA DISCIPLINA La disciplina es la base de toda organización militar. Una estricta autodisciplina contribuirá a mejorar la situación de supervivencia individual o de grupo. Mantener un buen aspecto, tanto físico como anímico, levantarse al amanecer, marcarse un horario, la higiene personal, la limpieza de la zona, etc., ayudarán a mantener la presencia de ánimo. La fatiga, las privaciones, etc., conducen inevitablemente a una pérdida de moral, que se traduce en actos de indisciplina que es necesario cortar radicalmente apelando a las medidas más enérgicas. El Jefe vigilará directamente a sus hombres para evitar las discusiones, las peleas, la murmuración, la resistencia pasiva, el incumplimiento de las órdenes y la negligencia. Debe ser justo y equitativo en la distribución de misiones, peso a transportar, raciones, etc., y que las medidas disciplinarias que tome ni sean ni parezcan arbitrarias, injustas, inoportunas o debidas a consideraciones personales. SIGUIE...