Cuerdas

CUERDAS

Las cuerdas tienen multitud de usos, desde asegurar las uniones de una construcción, hasta fabricar mechas para velas; desde bajar por la escarpada pared de un risco, hasta la fabricación de lazos y redes.

La mayoría de las cuerdas modernas se hacen con fibras artificiales. Estas tienen la ventaja de ser fuertes, ligeras, resistentes al agua, a los insectos y a la putrefacción.

La cuerda debe ser protegida de una innecesaria exposición a la humedad o al intenso sol y en caso de las fibras naturales, del ataque de roedores e insectos.

Si la cuerda se humedece, no tratar de secarla delante del fuego. No arrastrarla innecesariamente y tampoco dejarla en el suelo. La suciedad puede penetrar en ella y afectar a las fibras. Si las condiciones climatológicas permiten el secado, merece la pena lavarla con agua dulce.

La unión de las fibras naturales del extremo de la cuerda impedirá que se deshilache; para ello se utilizan los sistemas de las figuras 89-a, 89-b y 89-c.
En el caso de cuerdas de fibras artificiales, basta con quemar los extremos.

Para evitar que una cuerda se enrede, hay que guardarla (figs. 90-a y 90-b) y transportarlas (fig. 91-a y 91-b) en forma de rollo o madeja. Será más fácil manejarla cuando se necesite.




El lanzamiento de la cuerda se llevará a cabo plegándola previamente como indica la (fig. 92-a) y lanzándola a continuación (fig. 92-b). 

Para un lanzamiento largo se puede atar una piedra a un extremo de la cuerda, enrollándola en el suelo y asegurando el otro extremo (fig. 92-c), o bien, se puede lanzar en dos veces, primero la mitad superior y a continuacón la otra.

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